Existe un vínculo directo entre la narración de cuentos y los actos culturales. La función principal de ambos es informar y compartir en una comunidad tradiciones, valores y conocimientos comunes. Los actos culturales son muchas veces la inspiración de las historias, y viceversa, ya que los actos culturales pueden dar vida a esas historias.
Al ser una de las formas más antiguas de arte y educación, los seres humanos han utilizado la narración de cuentos como medio para transmitir el patrimonio cultural desde los inicios de nuestra especie.
El lenguaje es la base de la narración. Sin comprensión lingüística, no sobrevivirían las historias. Sin embargo, el lenguaje no sólo tiene fines lingüísticos, sino también fuertes aspectos culturales. Algunas palabras, o expresiones, son muy “típicas” de determinadas culturas o sociedades. Son palabras difíciles de traducir o incluso de explicar en otros idiomas. Por ejemplo, un británico y un estadounidense pueden comunicarse perfectamente en inglés. Sin embargo, sus expresiones lingüísticas culturales difieren entre sí y son para ellos la distinción entre ser británico o estadounidense.
Los acontecimientos culturales son igualmente importantes para cualquier cultura o sociedad. Son la expresión de valores, historia, emociones, tradición y el vínculo invisible entre las personas. Son probablemente la experiencia más visual y vivida de cualquier expresión cultural. Los actos culturales pueden incorporar diversas formas de arte, como la música, la danza, el teatro y otras formas de arte visual. Pero también pueden incluir deportes o incluso una mezcla de varias formas de expresión.
Pero los acontecimientos culturales y el lenguaje no sólo expresan la cultura y la historia, sino que también pueden darle forma y redefinirla. Tienen el poder de poner el foco en aquellos aspectos que interesan a la sociedad y alejarlo de los que son menos importantes, o no deseados.
En nuestras Shared (Hi)stories, encontrará varias historias breves sobre cómo, muchas veces, nuestra lengua, tradiciones y acontecimientos culturales parecen ser menos “nuestros” y cómo los compartimos con otras culturas y sociedades.